La Cañada de La Laguna

Mapa base de La Cañada de La Laguna

La cañada ganadera circunda los Rodeos y las alturas de la Vega, ofreciendo un gran patrimonio y recursos debido a sus valores prehispánicos, históricos y etnográficos. Recoge la red de caminos tradicionales, en especial los reales de la isla, que salían todos desde la Milla Cero del Lomo de la Concepción, circuito más radios que en su conjunto permiten la habilitación de una red senderista y otros deportes al aire libre al ser la única solución de la movilidad a pie de toda el Área Metropolitana.

IDENTIDAD ( Aspectos aborígenes, históricos, etnográficos y paisajísticos)

La Cañada se encarama por unas montañas donde se encuentran gran cantidad de restos arqueológicos y su lateral oriental se ha estimado como límite territorial entre menceyatos.

Algunas iglesias y ermitas se instalaron en los lugares de culto guanches por donde pasa la Cañada: San Juan Bautista, San Cristóbal y en la montaña más sagrada de San Roque o Sejeita por donde sale el sol Magec visto desde la laguna del agua.

La Cañada discurre por una docena de cimas no muy elevadas en relación a la altitud del centro urbano pero que hacia fuera, con un desnivel superior a los 600m, presentan sendas laderas casi continuas que se extienden hasta el mar por el norte y el sur que, no muy superiores a los más bajos portillos o pasillos del Tanque Bajo o los Rodeos, que son suficientes para canalizar solo por estos dos puntos el de todas formas dificultoso ascenso de un atacante, viniera de donde viniera, con una fuerte pendiente y justo por eso por su protección natural se desechó amurallar la ciudad.

El primer Adelantado intentó reservar una zona de pastos para el ganado mayor de labor pero no fue hasta 1505 en que fijó las lindes de una enorme dehesa en la que el resto del ganado considerado dañino, en especial cabras, ovejas y puercos o que no perteneciera al beneficio de La Laguna, no se les permitía entrar en los pastos y debía circular por su exterior. Se les obligaba a dar una vuelta como en el Rodeo (de donde le viene el nombre de Los Rodeos), y circular por los filos de las montañas que amojonó el propio Adelantado.

La Cañada se estira por una línea que ya servía en buena parte de frontera, previa al establecimientos de los ayuntamientos a principios del siglo XIX, del entonces considerado término de La Laguna y luego, límite municipal oficial, con: Santa Cruz (cabecera de Tahodio), El Rosario (el ahora denominado camino la Cañada) y Tegueste (divisoria de aguas desde el Lomo Tabares de Guamasa hasta las Mercedes).

A partir del siglo XVIII se cita la cañada por los conflictos de los criadores de ganado con los agricultores que solicitan ocupar los manchones de la cañada. Luego, con la crisis del sector primario en los años sesenta del siglo XX se fue abandonando su uso que ya había disminuido desde hacía tiempo pero que lo mantuvieron los ovejeros de la Esperanza que atravesaban desde el Púlpito hasta las Mercedes con un ancho mínimo de una soga camellera, unos siete metros, aunque ocupaba otras zonas más amplias que denominaban campos abiertos como los espacios cercanos a Montaña del Aire o los más comunes, los manchones: el Descansadero de las Ovejas de Lomo Largo o el de Mesa Mota, donde tenía las cabras, que todo el mundo respetaba como cañada, el aún recordado, por muchos, cho Marcos con su cuevita, cocinilla, corral y fuente, y antes había estado Dámaso o Damasio que murió de un accidente en la misma Cañada donde existió una cruz.

Podemos afirmar la propia existencia de esta vía ganadera solo por la permanencia de su nombre en numerosos tramos con el apelativo del sitio por donde pasa, como aún recuerdan los vecinos que los transitaron y algunos también figuran en el callejero oficial (resaltados en negrilla): Cañada de San Roque, Cañada de la Gallardina, Cañada de Lomo Largo, Cañada de Lomo Alto, Cañada de Jardina, Cañada del Ganeguito, Cañada del Gamonal, Cañada la Timplina, Cañada de Vueltas Blancas, Cañada de los Gomeros, Cañada de las Canteras (La Cañada de Arriba y la Cañada de Abajo), Cañada de Hoya Herrera, Cañada de Mesa Mota, Cañada del Lomo la Bandera, Cañada de la Perdiz, Cañada del Púlpito, Cañada del Ortigal y La Cañada o Cañada del Rodeo.

A lo largo de su trazado se pasa junto a lo que fueron molinos de agua o de viento y se encuentran algunas eras, corrales, goros, cuevas, cerca de una docena de fuentes contra solo tres en el llano y se cruzan los restos de la traída de aguas desde las Mercedes, donde aún se encuentra el acueducto testigo de una de las mayores inversiones públicas continuadas que se hicieron para abastecer la ciudad.

En las laderas de la Cañada observamos los hoyos de decenas y decenas de canteras de tosca, y también de piedra viva, de donde provienen en su casi totalidad, a lo largo de los siglos, los materiales de los edificios de La Laguna que nos consta que ya se está investigando para averiguar a que casas se destinó.

Es famosa la romería de San Roque. Al otro lado, hace más de un siglo, por iniciativa de la colonia inglesa residente, existió junto a Mesa Mota un campo de golf, de los pioneros en España, del que aún quedan las ruinas de unas casetas, fue uno de los primeros lugares de exhibición aérea de la isla, funcionó un tiro de pichón y ahora un área recreativa. El edificio abandonado pudiera convertirse en el museo de La Cañada albergue y sede de los grupos montañeros y de otros deportes al aire libre.

Con los guanches hubo diversos encuentros bélicos con escaramuzas en San Roque y la poética batalla de las Peñuelas, también en La Cañada.

La isla disponía de una diseminada red de atalayas por todo Tenerife, de avisos de barcos de piratas y de potencias enemigas, que, de una a otra y desde cualquier lugar, llegaban en minutos a las últimas atalayas que ya daban vistas a la ciudad de La Laguna: San Roque, La Mesa de la Gallardina y la Cumbre de la Perdiz o montaña de la Atalaya que aún conserva su nombre.

Quedan obras de los preparativos de defensa de la isla, durante la Segunda Guerra Mundial que están o cruzan La Cañada: las carreteras militares de las Mercedes y de la Esperanza hacia el Teide, las montañas de San Roque como apoyo al aeródromo de los Rodeos, la de La Gallardina como campo de tiro militar no lejos del actual civil, un taller de carga de municiones, una Unidad de Servicios del Parque de Artillería y el oculto gran depósito de carburantes subterráneo del Púlpito.

Su traza discurre por uno de los mejores recursos panorámicos de Tenerife, en una gran parte por laderas declaradas como zonas de protección paisajística de las montañas que por sí mismas ofrecen una gran fuerza plástica: San Roque, La Gallardina, Mesa Mota o el Púlpito.

Se extiende en un gran circuito, por las divisorias de aguas con vistas únicas desde las cumbres hacia la vega lagunera y hacia el exterior, desde todos los puntos posibles, en un continuo cambio de perspectivas, vemos en el horizonte, los mares del norte y del sur –que quedan ocultos desde las calles-, con la costa sureste y la isla de Gran Canaria o la de La Palma más allá de las laderas de Acentejo y de todo el norte de la isla, sobre un lado de la comarca de Geneto se acerca a los montes de la Esperanza, limita con el término de Tegueste (las Núñez, El Palomar, Cocó, el Infierno, El Portezuelo y la Padilla), roza el Peñón de Tacoronte y los valles de sotavento hacia Santa Cruz (Colino, Vinagre, Tabares-Las Chozas, Hilario y Tahodio) y orilla el monte de laurisilva de las Mercedes.

NATURALEZA Y CAMPO

El fin del aislamiento del monteverde de Anaga se conseguirá con corredores a forestar con lo que La Laguna podría optar a ser declarada ciudad verde europea. La Cañada se arrima al Parque Rural de Anaga, junto a la zona que puede considerarse la de mayor biodiversidad de Europa y al otro lado, al Paisaje Protegido de las Lagunetas, y también engloba la zona ZEPA de los Rodeos.

Se anda en una gran parte sobre riscos y tosca. Por la tierra del camino y por sus bordes crecen las hierbas y los arbustos y con espacios amplios, los manchones de pastos, en espera de la repoblación de laurisilva y muestras del bosque termófilo como palmerales, acebuchales, sabinares o almacigales. Pero también se fomentarán los matorrales, zonas embardadas y las hierbas propias, el previsto jardín de medicinales de San Roque, el Parque Periurbano de Mesa Mota y algún área recreativa.

Se fomenta el sector primario con un propuesto museo de La Cañada, de la agricultura y de la ganadería en Mesa Mota y un mercadillo de productos locales a instalar en las Mercedes.

SENDERISMO Y OTROS DEPORTES

La Cañada, una distribuidora desde la Milla Cero insular de todos los caminos reales, la clave del senderismo y otros deportes al aire libre en el área metropolitana.

Esta cañada era atravesada por todos los caminos principales, los reales de la isla, que partían desde del Lomo de la Concepción, la milla cero, de las comunicaciones de hace cinco siglos, que semejaban una rueda con sus radios, desde este punto partían hacia Taganana, Tegueste, Tacoronte, Taoro, Güímar y Añazo. Y por otros de menor jerarquía y muchas serventías accedían entre fincas hacia las alturas que se siguen denominando entradas a La Cañada.

Los montañeros federados en Canarias siguen una progresión casi geométrica pasando desde 1000 federados hasta los 12.000 mil en los últimos cinco años, y sin contar con los que caminan sin seguro o los corredores federados en atletismo con lo que su número total se incrementa mucho más. Solo basta ver que la llamada Blue Trail arrastra unos 1600 participantes.

Los que caminan o corren necesitan de una zona atractiva, verde y sin ruidos. En el Camino Largo, que es una fiesta del movimiento a pie, cada día se pueden sumar miles de personas que hacen largos como si fuese el patio de una cárcel a las afueras de la ciudad declarada Patrimonio de la Humanidad a pesar de que justamente, entre otros valores, se planteó en sus inicios como una ciudad abierta.

Con una mínima inversión podremos seguir las huellas más próximas a su itinerario original, al estar despejado su recorrido, en una tercera parte sin transformar, por suelos duros y con poca vegetación, lo que hace que no requiera mantenimiento y se erosione poco. La Cañada que se propone tiene una longitud superior a 30kms y como un milagro de supervivencia al arrollador urbanismo, hoy en día más de la mitad va sobre tierra.

No hay posibilidad de tener una red senderista en el área metropolitana si no se recupera la Cañada. Permite que el Sendero de Gran Recorrido GR-131 Anaga-Chasna sea factible atravesando La Laguna para ir desde Santa Cruz a los Cristianos.

Lo podemos considerar el proyecto senderista clave de la isla, que tendría un gran atractivo internacional. Su recuperación será el núcleo de una red, que además de -permitir múltiples bucles o circuitos aprovechando partes de la Cañada- articulará todos los caminos del nordeste de Tenerife. A partir de las calles peatonales de La Laguna, alcanzará desde Candelaria a Tacoronte, comprendiendo los términos municipales de Santa Cruz, Tegueste y el Rosario. Y no solo para caminar, la Cañada en algunas partes permite convertirse en una posibilidad también para correr, ir en bici o a caballo.

La primitiva dehesa se fue arrendando para sembradura y terminó perdiendo su carácter comunal por lo que en lo rural, solo los caminos han quedado con carácter público. Pero aún resisten algunos tramos sin una efectiva protección, sin un catálogo, sin estar asentados en una Carta Municipal o en el Registro de la Propiedad por lo que algunos están ocupados por particulares y otros más corren ese riesgo.

Con esta propuesta afirmamos la titularidad de unas cuantas decenas de kilómetros de caminos al ayuntamiento de La Laguna con lo que aumenta sus bienes de dominio público que solo se valoran si no los tuviéramos con lo que nos haríamos la pregunta ¿que nos costaría comprar, por ejemplo, un kilómetro de la Cañada? Pues nada, ahí está, gratis.

Aparte de los diversos circuitos que permite se pueden proyectar rutas temáticas: del agua, botánica, observación de aves, geológica por los conos volcánicos hacia la Esperanza, Tegueste y Tacoronte más la interacción Anaga Cordillera Dorsal, rural (cereales, papas, huertos , árboles frutales y viñas, enlazando las de Tegueste, valle de Guerra y Tacoronte), etnográficas (canteras, calzadas, eras o corrales), de las atalayas, arqueológicas y paisajísticas con

Un nuevo concepto de planeamiento: el camino como revulsivo ciudadano y vertebrador rural

En los últimos años la especulación ha sepultado la fértil tierra y la indiferencia general ha permitido que los que han obtenido enormes beneficios del territorio encima no hayan contribuido a la preservación del resto. Lograr que la Cañada sea caminable nos regala un punto de inflexión, una puesta en valor del espacio público, una nueva perspectiva de la ordenación de la gestión del suelo, más acorde con las demandas de un entorno agradable y sostenible.

Con este objetivo todos los barrios del municipio y de los colindantes de Tacoronte, Tegueste, Santa Cruz y el Rosario se pueden integrar a los caminos y es posible apostar por un nuevo voluntariado para mantener los caminos y no solo con montañeros.

Apostar por La Cañada supone una concepción de una ordenación territorial más cercana al hecho histórico, al paisaje, la geografía, más rural y humana, la movilidad no rodada, ha terminado la creación de grandes infraestructuras que ya no son la prioridad, sí el derecho a moverse a pie por todo el ámbito del municipio y hacía los limítrofes. La Cañada no es solo el municipio de La Laguna pues está imbricado en una comarca sin límites para los caminos y además, generará sinergias como modelo insular de protección del territorio. Con una apuesta por el medio ambiente con alguna reducción de la contaminación aérea y acústica proveniente de los desplazamientos a motor.

RECURSO ECONÓMICO (Marca medioambiental, social y turística y potencial económico)

Puestos de trabajo y turismo. Apostar por puestos de trabajo ligados al senderismo de la isla y al consumo de lo local. Atraer al turista de cruceros y a los visitantes amantes de la naturaleza y ligarlos a los hoteles y alojamientos del municipio con caminatas durante el día, comidas en los guachinches y cenas en el casco histórico. También, para potenciar el turismo en el norte con la diversificación del modelo turístico hacia este sector. Alojamientos rurales en el nordeste.

Una marca, un sello propio, por discurrir por las partes más elevadas que rodean la ciudad, por su íntima relación con la historia de su fundación, por sus valores etnográficos, por constituir los trazos originarios de las comunicaciones terrestres insulares y hasta reflejar algunas coincidencias con el mismo esquema de las calles, esa conservada trama que le concede el título de “Patrimonio de la Humanidad”, y como el camino que sigue el Adelantado para amojonar los límites de la dehesa, frontera histórica inherentes a la gestión del suelo de la periferia.

El camino debe atraer y no disuadir, también es un fin y no solo un medio de desplazamiento. Hacemos esta alegación al considerar la Cañada como un potente recurso y un patrimonio de todos por lo que nos ofrecemos a colaborar para contribuir a su total habilitación que va más allá de la movilidad peatonal y de lo verde, intenta iniciar una nueva forma de ver a La Laguna, no solo como el casco patrimonial, sino como una marca de su carácter histórico rural.

Atender esta alegación supondría un cambio de paradigma en la visión de la isla que queremos. Las narraciones de los viajeros alababan las apacibles excursiones por los alrededores de La Laguna. El casco sin árboles necesita respirar verde en sus tierras cercanas, un punto de romanticismo, de poesía, de ilusión. La Laguna sin agua, el charco seco, pide que las aves de paso se detengan, que el silencio permita escuchar a los pájaros. Esperan los jardines de San Diego, las panorámicas de Mesa Mota o las bucólicas meriendas en las Mercedes. Y reaparece en parte La Laguna de los campos, de la vega, del Rodeo y sobre todo de sus montañas caminables.